Entra en vigencia la ley que obliga al Estado a dar información de sus actos a los ciudadanos.

En concreto, cualquier ciudadano podrá solicitar información al Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial, y deberá tener una respuesta adecuada en un lapso no mayor a 15 días, prorrogables por otros 15. En caso de que eso no ocurra, el solicitante podrá reclamar por vía administrativa y/o judicial. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el Estado tiene el deber de asegurar la transparencia de su gestión y no sólo debe responder ante pedidos de información por parte de los ciudadanos, sino también difundir activamente los datos relevantes.
"El principio de máxima divulgación ordena diseñar un régimen jurídico en el cual la transparencia y el derecho de acceso a la información sean la regla general sometida a estrictas y limitadas excepciones", sostuvo la CIDH. En la misma línea, la Asamblea General de la OEA se pronunció en reiteradas oportunidades desde 2003 a favor de la apertura y transparencia de los Estados, le dio mandato a la Relatoría Especial para hacer un seguimiento en la región e instó a los países miembros a adoptar las recomendaciones de ese órgano.